Desde hace mucho tiempo la infertilidad ha afectado a miles de mujeres y hombres en el mundo, a pesar de los avances tecnológicos que han generado soluciones para este problema aún existen preguntas sobre las emociones que las parejas experimentan. En este blog hablaremos sobre ellas.
La infertilidad es la incapacidad de concebir un embarazo en un periodo de 12 meses de relaciones sexuales sin protección, esto de acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la salud) . Cuando la pareja es diagnosticada con infertilidad se ha analizado y se considera, surge una “crisis vital”. El ciclo de la esperanza y desesperanza que surge después de los intentos con resultados sin éxito puede afectar varios aspectos psicológicos de la persona. En la etapa de diagnóstico podemos considerar emociones como la negación y el aislamiento. Por ejemplo, la negación se puede manifestar con la búsqueda de otro médico, similar a una reacción de fuga.
La vivencia de la infertilidad acciona todas las representaciones que los sujetos tienen sobre la reproducción y la parentalidad. Las ideas o creencias que tengan acerca de lo que les sucede dará inicio a la forma de afrontarlo. Muchas de ellas procuraran la ayuda especializada para la realización de su deseo de tener un hijo, es decir, que durante la resolución del problema pueden acudir a las clínicas especializadas en la Reproducción Asistida.
Para comprender el impacto psicológico de la infertilidad hay que considerar el significado que los sujetos le atribuyen a la parentalidad. El desear un hijo puede ser para el sujeto la idea central del proyecto de vida o de la pareja.
Estas son algunas respectivas respuestas desencadenadas en hombres y mujeres durante un tratamiento FIV.
Cuando la pareja acude a la clínica de reproducción asistida para un tratamiento especializado puede comenzar con una expectativa positiva, es decir, la pareja minimiza las posibilidades de fracaso y consideran que el hijo deseado va a nacer.
Cuando el tratamiento llega a la fase de espera para el resultado es común notar un aumento de preocupación combinada con optimismo , al terminar esta fase pueden ocurrir dos situaciones diferentes, ante el resultado negativo de embarazo la pareja puede experimentar sentimientos de fuerte angustia, llanto y aislamiento. Y ante un resultado positivo de embarazo comienza una fase de alegría, pero también el temor en el éxito del embarazo.
Las parejas pueden optar por un segundo intento cuando el primer tratamiento FIV fracasa o comenzar una aceptación de que el embarazo no será posible y comienzan a considerar otras formas de solución ante la parentalidad.
Como has leído la infertilidad puede suponer un trauma para el sujeto o la pareja. Las consecuencias emocionales más descritas en la literatura ante la infertilidad son :
-problemas psicológicos en los individuos como , ansiedad, estrés, depresión
-cambios o conflictos en la relación de pareja
-aislamiento social, especialmente cuando los amigos se encuentran ocupados en asuntos parentales
-esfuerzo financiero, esto con la idea de costear los tratamientos, a esto se adiciona niveles altos de estrés.
Actualmente las clínicas especializadas en la atención a la infertilidad han tomado en cuenta las consecuencias psicológicas que surgen ante este padecimiento, dando atención integral en sus tratamientos, contando así con un Psicólogo especializado en el tema.