La mayor parte del tiempo hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante de todo el día. Y afirmo que lo es, dependiendo de tus actividades diarias, hábitos y tipo de trabajo que estés realizando en tu jornada diaria. Ya sea que seas estudiante, trabajador en tu negocio propio, madre soltera, soltero o empresa donde te contratan. Suele suceder que con las prisas del día a día, omitimos esta carga de combustible en la mañana, si lo pensamos bien, con esta comida vamos a arrancar el día y si comienzas con el combustible bajo, vas a rendir menos.
Todo esto nos afecta emocionalmente, ya que nos puede volver irritables, cansados, tener baja productividad por falta de energía, dolores de cabeza por falta de glucosa (azúcar) en nuestra sangre, el cerebro se cansa y tiene que bajar el rendimiento, y/o ajustar los procesos de obtención de energía, y de ahorro de energía en el cuerpo durante el día, que de lo contrario si no ejercitas, todo se convertirá en grasa en el cuerpo, por consecuente sobrepeso u obesidad.
Y claro que también existe la otra parte, “yo si desayuno”. Y entonces surge la cuestión:
¿Qué desayunas?, ¿Cuánto desayunas?
Mal desayuno:
- Consumir alimentos altos en azúcares durante la mañana, o el día.
- Consumir demasiados “snacks” fritos, y con mucha sal.
- Consumir jugos “naturales”, o con la leyenda “sin azúcar añadida”.
- No desayunar más que 1 café negro con pan dulce.
- Desayunar de 3 a 4 horas después de comenzado tu día.
- Consumir alimentos procesados.
Buen desayuno:
- Alimentos altos en fibra.
- Evitarlos los zumos de frutas con alto contenido en glucosa y mejor consumir las frutas con cascara.
- Alimentos con azúcares intrínsecos. (azúcares que vienen naturalmente con los alimentos.)
- Alimentos a la plancha, o cocidos.
- Fuente natural de proteína.
- Fuentes con grasas saludables, como aguacate, nueces, almendras, semillas de girasol, ajonjolí, cacahuates.
- Nada de azúcar añadido, o jarabes industrializados.
Conclusiones:
La vida moderna nos tiene retos en cuanto a nuestra alimentación, costumbres, falta de cultura en el tema de nutrición de las personas, como de las empresas que tienen personas a su mando. No tener horarios establecidos para la alimentación de los empleados en el aspecto empresarial, e industria. Pero también está el factor personal, de no irme por el alimento “fácil”. Pretextos, todos tenemos.
Pregúntate, ¿Qué le sale más caro a tu cuerpo?
Lic. Ntr. David Mendoza Ortiz
Responsable de la Unidad de Nutrición